domingo, 21 de octubre de 2012

Finales y comienzos

Se acaba 2012, el mundo está cambiando. Y también la medicina se transforma. Hace muchos años se inició un movimiento que pretendió desde su inicio abordar la conquista de la salud con métodos respetuosos y que tuvieran en cuenta la individualidad de la enfermedad como parte de un proceso vital.




Como yo, muchos médicos hemos querido dedicarnos al esfuerzo de comprender que es el realmente la enfermedad más allá de la mera determinación de un síntoma o un parámetro biológico y comprender las vías para recuperar la salud que no se limiten a tratar los síntomas.
Este sistema de entender la salud es tan antiguo como el hombre, y comienza con el padre de nuestra medicina que propuso como norma básica "Primum non nocere" Lo primero, no hacer daño. Esta básica premisa es lo primero que hemos olvidado. Para sanar utilizamos cualquier método, que mientras no te mate y acabe con las manifestciones de la enfermedad, es válido.
Es verdad que no sabemos que otra cosa hacer enfermedades como el cáncer, que claro, puede acabar contigo, no se trata de andarse con paños calientes. O con enfermedades que no te matan pero te invalidan como la artritis reumatoide. Con tal de evitar la deformidad articular toleramos una buena cantidad de efectos secundarios que pueden llegar a ser muy graves, tanto como la propia enfermedad.
Realmente no podemos no tratar esas enfermedades, seria peligroso y poco ético, a pesar de cargarnos el juramento hipocrático con todo el descaro.
Por eso debemos empezar a investigar otro camino. Este ha sido útil hasta el momento, es verdad que ha ayudado a muchas personas, que ha evitado mucho sufirimiento, pero no es suficiente.
No es suficiente con decir que un reumatismo es el cuerpo que se ataca a si mismo, nos deberíamos preguntar por qué. Pero preguntarlo de verdad, con verdadera mentalidad científica.
¿Desde cuando el mecanismo es lo mismo que la causa?
En el caso de la esclerosis múltiple, por ejemplo. Nadie conoce la causa, pero parece importarnos poco, ya que se desarrollan fármacos que inhiben el mecanismo último de lesión. "No, no es así" dice un científico de la medicina, lo sabemos perfectamente, se destruye la mielina del sistema nervioso central"  O sea, sabemos COMO ocurre, pero desde luego no por qué. Quizá un virus, quizá un tóxico, quizá, quizá, quizá... ¿y por qué ese virus no afecta a todas las personas que entran en contacto con él? ¿Qué hace a estas personas tan susceptibles, tan vulnerables y de modo tan selectivo?
No hay solución posible de un problema sin un planteamiento correcto, y para ello deberíamos hacernos las preguntas adecuadas.
Mientras sigamos confundiendo la causa con el mecanismo seguiremos sin solucionar todas esas enfermedades que no pueden ser sino paliadas.
Y seguiremos practicando una medicina para fabricar enfermos y no para ayudarles a sanar


Este es el final del paradigma de salud que hemos manejado hasta ahora, ya no nos sirve, porque la salud es algo más que suprimir los síntomas.

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